Minria Arend



Mortífaga, la pequeña de el Lord. 







Minria real.








  Me llamo Minria Arend. Entre los aurores se me conoce como "Raven". Muchos se preguntan como he llegado a la situación actual, incluso yo me lo pregunto en ocasiones. Lo único que realmente sé, es que la magia oscura que albergo en mi interior no es afín a la media normal, ni si quiera la del más poderoso de los Mortífagos.
Sigueme en twitter como @ShxdowRaven_


La marca del mal.



   Tuve la suerte, o desgracia según quien lea esto, de que Voldemort se cruzase por mi camino con un proyecto lustroso por forjar. Me salvó la vida, sí, pero a partir de aquello el y yo estamos unidos por un enlace creado a través del más tenebroso de los hechizos. Desde muy pequeña podía ver espíritus, seres del otro lado de la linea entre la vida y la muerte. Nunca lo conté, a nadie, es mi pequeño secreto.




Minria malvada


   Durante el colegio pasé mal no, lo siguiente. Era obvio que los muggles cuando ven a una persona cambiar de color de ojos, pelo o lo que sea se asustan pero ¿de verdad hacía falta llegar al punto de que le cogiera miedo a la escuela? No lo sé. Ir a Hogwarts fue un alivio, la gente allí era como yo, durante una época odié a mi padre por no mostrarme este mundo antes pero ya lo entendía todo.






Entre el bien y el mal.   
   Mi madre.

   Madre muggle, debo y desearía no destacar ¿o si? Mi oscuridad me dice que es una calumnia, no debo quererla ¡me impurifica!
Pero... Ella me dio la vida. Vivo en una controversia mental constante.

   Pero el Lord es piadoso conmigo y me muestra la verdad. Me muestra que esos muggles y sangre sucia no merecen vivir ni un solo segundo más en este mundo. Que la magia morirá por su culpa y por ello mismo, nosotros debemos evitarlo.

   Ella no sólo me quitó mi pureza. Se la quitó a todo el linaje Arend, ya no eramos una de las grandes familias de magos españoles puros. Y todo por mis padres. Aquella familia que antaño provocaba los gritos de terror de los humanos normales ahora comenzaba a deteriorarse. Aquellos que arrasaban campos enteros bajo nieblas oscuras de cuervos, pueblo por pueblo. Casi semejante a la peste, destruían sus cultivos, su comida, su vida. Volveré a recuperar la esencia familiar, volveré a ser el terror de aquellos malditos.

   Yo, la marcada por la oscuridad, la susurrada por los muertos y los cuervos, purificaré este mundo al lado de mi Señor para reclamar lo que es nuestro y poner todas las cosas en su orden.

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