lunes, 21 de agosto de 2017

Monorol "Juventud, Hogwarts"


Por @MadameIrmaPince



   Llegó el día en el que me debía montar en el expreso de Hogwarts, la mayoría de niños estaban alegres, pero yo estaba mustia y me subí al tren al último aviso. Dejar mi hogar para dirigirme a un lugar desconocido… No entendía tanta alegría, por muy mágico que fuese el lugar dejaba atrás mi zona de confort. El viaje se hizo eterno, al final me senté en un vagón donde algunos de cuarto no paraban de hablar de sus vacaciones de verano ideales, parecían anuncios de la televisión muggle y me ignoraron todo el trayecto. Yo intenté evadirme por todos los medios leyendo “Historia de Hogwarts” y pensando a qué casa sería seleccionada.


   Mi padre fue a Ravenclaw, y mi madre a Slytherin, lo único que me habían dicho al respecto, era que cualquier casa de Hogwarts era buena, y que los de Hufflepuff se decía, tenían la mejor sala común, cerca de las cocinas y que tenía forma de bodega. Ravenclaw poseía amplias cristaleras en las que podías ver todos los terrenos del colegio, pero era un engorro entrar por adivinanza. Slytherin, en su sala común debajo del lago podías ver sirenas, tritones, un calamar gigante y más. Me encontraba muy indecisa, me gustaban todas las características pero fue cuando me acordé que el sombrero seleccionador te envía a una casa, sin importar tus preferencias (o eso decían) cuando decidí dejar de darle vueltas al asunto.


   Tras bajar del tren y entrar a los terrenos de Hogwarts, sentía que mi estómago me dolía, eran los nervios, y luego realice el típico viaje en barca por el lago, y tras llegar a las escaleras cercanas al gran comedor me comenzaron a sudar las manos, las piernas me temblaban, y así fue todo el paseo con mis nuevos compañeros por el Gran Comedor, de la charla del sombrero, no me acuerdo nada, es mas solo reaccione cuando me avisaron para ponerme el sombrero seleccionador.


      一¡HOLA!一 dijo en mi mente el sombrero seleccionador ㅡVeo que deseas ir a Ravencaw... pero allí no destacaras, no conseguirás tus objetivos. Yo te pondría en Slytherin, tendrás buenos amigos, que te ayudarán a alcanzar tus metas.
      一Mándame donde quiera一 le susurraba mientras me temblaban las piernas一 Pero dígalo ahora, no quiero estar aquí sentada.
      一¡SLYTHERIN!一 gritó el sombrero seleccionador.

   En ese momento al ver cómo aplaudían todos los alumnos y profesores, me dirigí a toda velocidad a la mesa, donde mis nuevos compañeros me felicitaron diciendo que me encontraba en la mejor casa de Hogwarts.

   Mis primeras semanas en el castillo fueron lo peor, solía perderme y en ocasiones no encontraba la entrada a la sala común de Slytherin. Se encontraba en las mazmorras pero me parecían un autentico laberinto, digno de que en cualquier momento me saliera el minotauro.

   Fue en una de esas ocasiones en las que me perdí cuando conocí a Druella Rosier, tenía mi edad y rebosaba espontaneidad y alegría, se movía por Hogwarts como si lo conociese de toda la vida; esa tarde tras llevarme a la sala común, recuerdo que decidí ayudarla con sus ejercicios de encantamientos, cuando terminamos los deberes nos pusimos a hablar de los profesores, los compañeros de clase y me comenzó a decir de cotilleos del colegio en general.

   En clase del señor Slughorn ya no me sentía tan marginada, era reconfortante cuando nos ponía en parejas saber que ella se uniría a mi antes de decir Merlin, o las notitas con chistes que nos pasábamos en las clases del señor Binns, aunque luego significaba estudiar su materia por libre. A Druella le gustaba cómo le explicaba con esa pasión, una asignatura tan aburrida. Así fue como pasé mi primer trimestre, mejor de lo que me habría imaginado nunca.

   Pero cuando llegaron las navidades ella se fue a su casa y yo me vi obligada a quedarme pues mis padres, ambos, tenían viruela de dragón y se encontraban ingresados en San Mugo. Me sentía muy triste, mi amiga se había ido, mis padres se encontraban ingresados, me sentía muy sola. Decidí evadirme, en dos días ya había completado todos los ejercicios que nos pusieron los profesores, pasaba el rato leyendo cuentos; no podía dar largos paseos, la mayoría del castillo se encontraba cerrado a causa de no llegar a 20 los alumnos que por navidades nos quedamos ahí. Pero era muy bonito como estaba todo tan decorado con adornos de motivos navideños, nieve falsa caía por los pasillos y hadas plateadas se paseaban por los pasillos entonando suaves melodías.

   El único chico de mi edad era un tal Tom Riddle, de mi misma casa y edad. En clase era callado, no solía relacionarse con mucha gente, y los de quinto y sexto murmuraban a sus espaldas, extrañándose que un huérfano que venía de un orfanato muggle estuviera en la honorable casa Slytherin. Pero era a su vez el que mejor calificación obtuvo del trimestre, y al que más puntos le habían dado para la casa de Slytherin.

   Ese día durante la comida él se encontraba callado, más de lo normal, mientras el resto hablaban entre si muy animados, decidí ponerme en su lugar, sin padres, ni familia, el mundo que creía conocer hace unos meses no era el mismo, y ahora estaba en Hogwarts. “¿Nadie le enviaría regalos de navidad?” pensé para mi misma “debe ser duro estar solo, y estar elegido para Slytherin siendo de ascendencia muggle… Riddle no es un apellido de magos, este mundo mágico es muy pequeño”
Miré un pequeño catálogo de ventas por lechuza, “No, no puede quedarse sin un regalo el día de navidad” pensaba mientras miraba los artículos a la venta. Unos eran muy caros pero tampoco le regalaría calcetines, que horror…. Admito que quería hablarle, pero no sabía como comenzar la conversación.

      一¿Has terminado con el periódico?一 preguntó Tom irrumpiendo mis pensamientos, tardé un momento en reaccionar.
      一¿No es muy pequeño para leer El Profeta señor Riddle?一 apuntó el profesor Slughorn.
      一Me llaman la atención las noticias del mundo mágico señor Slughorn一 respondió inmediatamente Tom 一y además, me interesan las fotografías mágicas.
      一Se les ponen hechizos específicos a las fotografías tomadas con una cámara de fotos normal一 comenté inmediatamente quitándole al pocionista la palabra de la boca 一Son muy parecidos a los de los cuadros mágicos, pero las fotos no hablan.

   Los presentes enmudecieron unos instantes ante tal rápida información, y sobre todo al alzar tanto la voz sin darme cuenta.
      一Muy bien señorita Pince一 dijo el Director Armando Dippet 一Es una pena que no esté el profesor de estudios muggles, estoy seguro que se hubiera enorgullecido de su rápida respuesta.
      一Pareces conocer muy bien el mundo mágico一 me comentó Tom.
      一Irma podrías ayudar a Tom a conocer mejor nuestras costumbres一 comentó Horace bebiendo de su copa.
      一Sí, claro, me encantaría- respondí esbozando una amplia sonrisa

   Esa tarde nos perdimos por el castillo los dos buscando la sala de trofeos, Tom tenía interés en conocer su pasado, y según él, su padre seguramente asistió a Hogwarts y era un gran mago, pero no encontramos absolutamente nada, ningún Riddle en algún momento pasado pisó Hogwarts. En ese momento, se me ocurrió preguntarle por su segundo apellido y ante su respuesta y mi asombro, le di su verdadero regalo de navidades. Los Gaunt eran una familia de magos que aparecían en los Sagrados 28.

   Inmediatamente le envié una lechuza a Druella y a mis padres contándole todo lo que en eso días antes del año nuevo me había pasado.

   Al regresar todos a Hogwarts la noticia de que Tom Riddle era un mestizo alivio un poco a sus detractores de Slytherin, pero algo cambió en él. Ya no era tan reservado, había ganado confianza en si mismo y se estaba comenzando a hacer respetar en Hogwarts.

   Mis primeros años del colegio pasaron y no era la más popular, pero no se metían conmigo, solía ayudarles con los estudios a cambio de algo de dinero o algún favor; no era problemática, una buena estudiante, y dado mi amor por los libros, con 13 años decidí ayudar en el orden y control de la biblioteca. La bibliotecaria Cassandra Cresswell, era una mujer mayor, encorvada y de voz tan temblorosa como sus manos, y aunque ya estaba familiarizada con el tema de los libros, ella me confió todos sus conocimientos durante esos años en Hogwarts, casi se podría decir que me enseñaba la profesión, a maldecir los libros y a quererlos como no me había dado cuenta, el amor a la lectura lo tenía de antes, pero el respeto me lo enseñó ella.

   Durante esos años, Druella Rosier, Wallburga Black, Tom Riddle, y yo formamos un grupo muy curioso. Wallburga antes de hablarme se informó de mis ancestros mejor que yo misma, sólo al ver que en tres generaciones la familia de mi padre no se había relacionado con muggles, decidió dirigirme la palabra; a Tom lo miraba con recelo, pero sus ideas pro-sangre pura, le gustaban y lo aceptaba. Druella le hacía bromas a Wallburga con mi nombre en plan “Irma se enterara de esto” pues Irma Black, de soltera Crabbe, era el nombre de la madre de Wallburga. Mirando hacia atrás éramos un grupo de lo más peculiar. Y gracias a la aceptación de Wallburga otros Slytherin decidieron hacerse amigos nuestros. Esos años fueron felices, Tom nos hablaba de la importancia de la conservación de la pureza de sangre, Wallburga y Druella se hicieron las mejores amigas (Tanto es así que en el futuro Druella se casaría con el hermano de Wallburga, Cygnus III Black, y tendrían tres hijas).

   Wallburga... Qué gran mujer, sólo hablaba con miembros de Slytherin, y se metía con mestizos, y nacidos de muggles por igual, nadie le llevaba la contra. Durante esos años hasta llegar al 5 año nos sentíamos los dueños del colegio, pero el grupo pasó poco tiempo tan unido, Tom se alejó de nosotras y se fue Cygnus, Crabbe, Abraxas Malfoy, Lestrange...

   Pasaron los años en Hogwarts, era 1943 y me encontraba en mí 5 año, los T.I.M.O. ocupaban la mayor parte de mi tiempo aunque mantenía buenos amigos, algo en mi ser me decía que volvía a estar sola, Wallburga cada día se radicalizaba más en su creencia de la pureza de sangre, y Druella se enamoró de Cygnus y ya no pasábamos tanto tiempo juntas, tanto es así, que cuando la miraba no reconocía a mi primera gran amiga. Me daba esquinazo, desaparecía con Cygnus, o se inventaba excusas para evadirme, me sentía mal, yo no tenía el carácter de Wallgurga, tal altiva, y prepotente, ni mi apellido era de renombre, ni era tan guapa, ni rica. Por primera vez sentía celos, y un complejo de inferioridad...

   Justo el fin de semana antes a las vacaciones de navidad Tom Riddle volvió a acercarse a mí, curioso por ser la ayudante de la bibliotecaria, y me pidió un favor. Quería que lo colara en la sección prohibida, se negó a darme detalles, solo que era para una investigación privada que estaba haciendo sobre venenos de acromántulas, y en la sección regular de la biblioteca no encontraba información que satisficiera sus deseos. Accedí a ayudarle, tuvieron que pasar muchos años para que me diera cuenta lo que realmente andaba buscando. Pero en ese momento él era un perfecto y nadie sospechaba de él.

   Un día andando por los pasillos de Hogwarts, realizando recados para la vieja Cassandra escuché un alboroto. Varios chicos de Ravenclaw de tercero hacían corro en mitad del pasillo y curiosa decidí ver qué era lo que les llamaba la atención.

      一!Hey Myrtle la gafotas!一 gritó Olive Hornby con tono burlón.
      一¡Mirar que pelo de estropajo!一 le siguió otra chica.
      一¿Te vas a chivar al Director Dippet?一 siguió Olive Homby 一¡Con lo que te gusta dar pena! Mirarme一 su tono de voz se puso burlón intentando imitarla 一Soy Mirtle, cuatro ojos, chupaculos de los profesores.

   El grupo de chicos comenzaron a reírse eufóricamente ante tal actuación, y vi a la chica, sentada contra la pared llorando.

      一¡Parar ya!一 gritaba Mirtle con la voz rota, era evidente que se guardaba las ganas de llorar.
      一¡Eso parar ya!一 grité yo dirigiéndome a la chica con la idea de sacarla de ese lugar, pero no fue posible y salió corriendo al crear un espacio en el grupo. Sentí una gran pena por la chica y cuando decidí seguirla un chico me hizo una zancadilla antes de que se fueran todos corriendo, me reventé la nariz, quien me ayudo a levantarme fue el profesor Dumbledore, le conté todo lo ocurrido y decidió dejarme a cargo de unas chicas de Hufflepff mientras y dijo “Voy a contárselo al Director Dippet inmediatamente, por favor llevarla a la enfermería”

   Después de recibir la cura en la enfermería me dirigí a la sala común de Slytherin con una bolsa de hielo para bajar la hinchazón y tras tumbarme en la cama y creer que tendría paz, escuché la voz de Druella.

      一Crabbe me ha dicho que has recibido un fuerte golpe en la cara… ¿Estás bien?
      一Qué extraño...一 dije quitandome la bolsa de la cara 一Me ignoras todo el curso, y ahora vienes a preocuparte por mi… No estoy a la moda一 comenté con gran ironía.
      一No quiero que te pase nada malo一 se sentó en el borde de la cama y me miro la nariz 一Eso tiene que doler, tengo una crema que evitará que se te ponga morado… Y si quieres, te dejo mi maquillaje一 Se realizó un moño improvisado con su pelo negro y ondulado 一Perdón... Por pasar de ti….

   La miré con desconfianza pero sus disculpas parecían sinceras, sus ojos negros parecían pedirme decirlo.

      一Se lo diré a Crabbe一 comentó Druella 一Ya sabes que a ese zopenco le gusta más una pelea física que un puñado de ranas de chocolate.

   Nos comenzamos a reír pues tenía razón, Crabbe era el chico más alto y a escondidas especulábamos que su madre se fornicó a un troll, ya que el chico muy listo no era.

      一Disculpas aceptadas一 le conteste a Druella levantándome de la cama para darle un abrazo.
Justo en ese momento entró una prefecta de Slytherin a los dormitorios, decía que saliéramos rápidamente, que el Señor Slughorn quería hablar con todos nosotros de emergencia.

   Myrtle Elizabeth Warren, estudiante de 3o de Ravenclaw, había sido encontrada muerta en los baños del segundo piso. Se suspendería las salidas del castillo y se buscaba conocer qué le pasó a la chica. En mi alrededor se murmuraba que la cámara de los secretos había sido abierta y una vez en la sala común todos parecían alegres de lo ocurrido. “Una sangre sucia menos”, “así no vendrán a intoxicar la magia”, “deberíamos echarlos a patadas”... eran los comentarios que se realizaban, pero Tom, no estaba alegre, es más, se encontraba ausente... pensativo, sentado en una esquina de la sala tocando su diario, su aura estaba extraña. Sólo tras acercarme me di cuenta que inclusive se encontraba sudando y tenía una rara intensidad en los ojos, pero no aceptó mi ayuda y se marchó al baño a asearse.

   No nos dejaban salir solos de nuestras salas comunes, de clase al gran comedor y a las habitaciones, inclusive decían de cerrar el colegio, ya que no encontraban culpable. Todo parecía inevitable, pero al poco tiempo Tom Riddle acuso a Hagrid de meter ilegalmente criaturas peligrosas en el colegio justo a pocos días de comenzar las vacaciones de verano. Pero no pensamos mucho en eso, más bien nos alegrábamos de que el colegio no cerrara y que al año siguiente nos veríamos todos de nuevo, y aunque el resto del curso oficialmente se encontraba de luto, en la sala común de Slytherin vitorearon a Tom Riddle, y ganó muchísimas admiradoras.

   Mi último año en Hogwarts fue el más complicado, los EXTASIS y ser la ayudante de la bibliotecaria me quitaba la mayor parte del tiempo, pero volver a poder contar con Druella y Cygnus, los cuales no se separaron y fantaseaban con casarse cuando terminaran el curso, me amenizaban los ratos libres, eran una pareja muy adorable. Perdí el contacto con Riddle, el cual tenía un grupo de acólitos que lo seguían por doquier, y solo hablaban entre ellos.

   Ese año también falleció mi madre, fue dormida o eso me contó mi padre quien poco después decidió abandonar Londres e ir a vivir a España pues que no aguantaba el dolor de los recuerdos de su casa, y ciudad.

Unos meses antes de terminar el curso, Cassandra la bibliotecaria, resbaló por las escaleras del colegio y murió en el acto. Para mí fue un año muy triste, no sé cómo aprobé los EXTASIS, con notas mediocres, pero aprobada. No tenía ilusión por entrar a trabajar en el ministerio y el Director Dippet me comentó que si no me importaba y dado que ya sabía del funcionamiento de la biblioteca, el curso que venía yo sería la bibliotecaria provisional...o al menos eso pensábamos.


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